Hola, querido amigo Eduardo Laboulaye: ¿Dónde estoy? 1ª Fui un regalo de un país a otro, por lo que mi nacimiento no estuvo exento de polémica... Esperé y esperé, pero por fin fui construida y llegué a mi destino... Mi modelo fue la diosa Hécate de la cultura griega y soy el símbolo de mi patria y, yo diría de todo el mundo, puesto que todos me conocen, aunque algunos no me respetan... En este momento no puedo decirte más, por ello, me sello la boca y permanezco callada hasta la próxima pista... 2ª Mira, querido viajero, además de ser un monumento importante en esta ciudad de este país, me convertí en un símbolo para la humanidad, pero no solo eso, ya que represento igualmente la libertad y emancipación con respecto a la opresión. Desde mi inauguración en 1886, yo fui la primera visión que tenían los inmigrantes europeos al llegar aquí tras su travesía por el océano Atlántico... Ya te he dicho mucho, por lo que creo que es fácil venir a visitarme, tal y como hoy lo han hecho: Fernando, Graciela, Luis María, Mayen, Alegría y René, a los que les doy mi bienvenida como antes hice con otros muchos... 3ª En términos arquitectónicos, algunos dicen que me parezco al famoso Coloso de Rodas, una de las siete maravillas del mundo antiguo, hoy desaparecido. Fui nominada para las nuevas siete maravillas del mundo, donde resulté finalista. Desde el 10 de junio de 1933 se encarga de mi administración el Servicio de Parques Nacionales de los Estados Unidos... No me dirás que es difícil llegar hasta mí, ¿verdad? En fin, todavía te espero aquí, en mi isla para que subas hasta mi cabeza para ver la Gran Manzana... 4ª Mira, soy producto del pensamiento del jurista y político francés, autor de Paris en Amérique, Eduardo Laboulaye, puesto que él tuvo la idea de que Francia ofreciera un regalo a Estados Unidos como un obsequio para la conmemoración del centenario de la independencia estadounidense, como recuerdo de la larga amistad entre ambos países y para garantizar la alianza franco-estadounidense. De esa manera, fue como nací para todos, para la libertad y para ser faro de todas las naciones modernas... 5ª Verás, voy a contarte un poquito mi génesis y mi llegada a este país, pues en esa época, Estados Unidos acababa de salir de la guerra civil que duró de 1861 a 1865 y el país estaba en medio de la reconstrucción. Bartholdi fue contratado para diseñar una estatua, que debería acabarse en 1876, fecha del centenario de la independencia estadounidense. En 1870, Bartholdi talló el primer esbozo en terracota y un modelo que no sirvió, que actualmente se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Lyon, era mi hermana pequeña y que nunca vio la luz de forma física... En fin, no des muchas vueltas por el río Hudson sin mirar hacia mí, tal y como hoy lo ha hecho el gran explorador de Legazpi, nuestro amigo Pablo... 6ª Para terminar de explicar mi llegada a Nueva York, voy a continuar con la historia de mi donación... Pues bien, ese mismo año, Francia entró en guerra con Prusia y tuvo que parar el proyecto. El 10 de mayo de 1871, Francia tuvo que ceder el territorio de Alsacia-Lorena al Imperio Alemán. La opinión pública y el gobierno francés se sintieron decepcionados por la simpatía de los Estados Unidos hacia los alemanes, que contaban con un número importante de residentes en suelo estadounidense. El proyecto volvió a ser parcialmente paralizado a causa de los problemas políticos de la Tercera República, que todavía era considerada por muchos como un arreglo temporal y que tenían la esperanza de un retorno de la monarquía. La idea de ofrecer una representación de libertad en una república hermana para Francia, al otro lado del Atlántico, desempeñó un papel importante en la lucha por el mantenimiento de la república francesa. En junio de 1871, Bartholdi viajó a Estados Unidos. Durante el viaje, escogió la isla de Bedloe, (llamada posteriormente la isla de la Libertad) para mi ubicación y también trató de conseguir seguidores al otro lado del Atlántico. El 18 de julio de 1871, se reunió con el presidente de aquel entonces Ulysses S. Grant, en Nueva York. Fue entonces cuando yo aparecí gracias a otro personaje también importante en esta historia, el ingeniero francés Gustave Eiffel... Bueno, creo que no falta ningún dato y que ya sabes quien soy, ¿verdad? Si esto es así, entonces puedes venir a visitarme como hoy lo ha hecho Raúl... Un abrazo y recuerda que soy la base de todos los estados modernos... Juan Carlos P. S. Si deseas participar en nuestro búscame de esta semana, lo puedes hacer en: yaganabat@gmail.com. Por favor, hazlo solo por este correo para no despistar a tus compañeros...

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